Cuantas veces se lo ha preguntado, o cuantas veces se hace el siguiente comentario “yo a tu edad, nadie tenía que mandarme a hacer las cosas”

Lo primero que hay que pararse a pensar es que si usted está donde está es que tenía otras inquietudes y miras y por eso los demás están donde están, en el mismo lugar, cargo o incluso en el paro. No es producto de la casualidad, cuando era empleado trabajaba como si fuera empresario y se sacrifico duramente y se marco retos y objetivos para lograr sus metas.

Seguro que muchos de sus antiguos compañeros podrían tener otra posición, responsabilidad o cargo, pero eran personas que solo aspiraban tener empleo y no veían mas allá, simplemente sus necesidades básicas estaban cubiertas no tenían mayores responsabilidades y no tenían madera de empresarios.

El alto número de personas que pensaban así en tiempos de bonanza podrían haber cambiado su situación si se hubieran formado, y utilizado la formación como herramienta de mejora personal y profesional.

En un mercado en tiempos alcistas el que aprovechaba las oportunidades de negocio se posicionaba por la inercia, y no se preocupaba de los clientes, se cerraba por vacaciones, incluso ni había competencia feroz.

En la actualidad la cosa ha cambiado tanto, el cliente es un bien escaso que es bombardeado continuamente por la oferta exterior, que es soberano para hacer con su opinión y experiencia de usuario que un negocio triunfe, se valora el servicio, el precio, la calidad, la presentación, pero hay que mimar al cliente para que vuelva y este satisfecho.

Oriente su comercio a darle a sus clientes lo que estos necesitan y no lo que usted le quiere vender y sea autocritico, pregúntese por cuales son las razones por las que tendría que comprar en su propio negocio, detecte sus puntos débiles y corríjalos, márquese un orden de prioridades y realice protocolos de actuación sobre las principales acciones y trabajos para facilitar la labor de todos y agilizar los tiempos. Aplique estrategias de marketing que sorprendan a sus clientes por ser originales y agradables para fidelizarlos.

No se olvide de continuamente formar a su personal para que sepan hacer, atender y asesorar a los clientes, a motivarlos, a incentivarlos, a trabajar en equipo con objetivos reales que tengan recompensa, a que se sientan orgullosos de pertenecer a la entidad.

En definitiva si ellos están contentos, sus clientes percibirán su estado de ánimo y repetirán y usted estará aun más contento.

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