Hace unos días a mis manos ha caído un libro de economía de los que ya rara vez se ven, con tapa dura y lleno de polvo de estar en las estanterías aguantando el mueble pero que en su interior contiene secretos muy bien guardados para todos aquellos que se decidan a ojear sus contenidos.

Me llamó la atención una pequeña reflexión del autor del libro y era que uno de sus capítulos lo había titulado “El Coleccionista de Quiebras” refiriéndose a todos aquellos personajes que o son cenizos y la mala suerte los acompaña en cada una de sus iniciativas empresariales, a los cuales les recomendaba que lo intentaran nuevamente, siendo los buenos de la historia. O son oportunistas carroñeros sin escrúpulos que están aprovechándose del mercado para sacarle todo el jugo y volar a la siguiente iniciativa tras dejar la anterior esquilmada.

Cuantas veces se lo ha preguntado, o cuantas veces se hace el siguiente comentario “yo a tu edad, nadie tenía que mandarme a hacer las cosas”

Lo primero que hay que pararse a pensar es que si usted está donde está es que tenía otras inquietudes y miras y por eso los demás están donde están, en el mismo lugar, cargo o incluso en el paro. No es producto de la casualidad, cuando era empleado trabajaba como si fuera empresario y se sacrifico duramente y se marco retos y objetivos para lograr sus metas.

Seguro que muchos de sus antiguos compañeros podrían tener otra posición, responsabilidad o cargo, pero eran personas que solo aspiraban tener empleo y no veían mas allá, simplemente sus necesidades básicas estaban cubiertas no tenían mayores responsabilidades y no tenían madera de empresarios.

Hablar de fidelidad en los tiempos que corren es tocar temas muy delicados en las relaciones de pareja, pero en el campo de la empresa podría ser el factor diferencial entre el éxito o el fracaso de una idea de negocios.

Promover la fidelidad entre las empresas es una labor que pocas veces se tiene en cuenta y se le da muy poco valor. Pero entre los clientes y consumidores cual sería el concepto de fidelidad para la empresa.

Esta columna va dedicada a todas aquellas personas que por motivo de la situación económica deciden dejar de anunciarse para recortar los gastos, como solución a sus males.

¿Qué es ahorrar en Publicidad? es recortar gastos para mejorar los resultados empresariales. Es dejar de promocionarse ante los potenciales consumidores y por consiguiente dejar de recibir ingresos… Esta duda siempre es la que asaltado al empresario, es la pescadilla que se muerde la cola, pero cuál es el criterio más correcto.

Cuando la economía es inestable lo importante es contener el gasto en la empresa, en la familia, se trata del tan nombrado “ahorro” pero es solo racionalizar la inversión y siempre valorar la repercusión que este acto tiene en nuestra economía personal.

Montar cualquier idea de negocio no es nada fácil. Esta simple afirmación esconde muchos inconvenientes y problemas en el complejo mundo empresarial. Difícil y complicado ya que las trabas son muchas y muy variadas, la más importante es la financiera en todas sus acepciones, pero el rosario de causas es muy variado.

             Según datos facilitados por el Registro Mercantil Central, España tiene 3.800.000 empresas, y cada 3 años se crean 1.500.000, de las cuales solo el 5% llega al 5 año y se consolida. Muchas son las razones y los motivos, la situación social, política, económica de un país, los inversores, los problemas burocráticos, etc. Son los factores más comunes.

Utilizamos cookies para mejorar la experiencia de los usuarios, facilitando la navegación por nuestra web. Para saber más del uso de las cookies Política de privacidad.

Acepto el uso cookies en esta web.